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martes, 4 de octubre de 2011

"LA JUSTICIA INVESTIGA...Asuntos Internos tambièn "...Asalto, captura y libertad...Santa Fe, Capital...

Un caso para Asuntos Internos

Asalto, captura y libertad

Por un asalto se practicaron capturas, a la vez que un arma y un automóvil fueron secuestrados, pero un poco después para el sumariante de la 2a. “todos estaban limpios”.


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Por José Luis Pagés
jpages@ellitoral.com

Gerardo Mario Mateos es uno de los seis agencieros de quiniela que corrieron la suerte de ser víctima de robos a mano armada durante los últimos días en nuestra ciudad.

El hombre, cuyo local comercial se encuentra en barrio Alfonso, más precisamente en calle Corrientes al 3800, recuerda haber sido blanco de 17 golpes a lo largo de los últimos 18 años.

Algunas de dichas acciones, como en esta última oportunidad, cerraron con disparos intimidatorios y graves amenazas, pero ahora, antes que el temor, a Mateos lo mueve la bronca.

La noticia que el sábado dio cuenta de la captura de uno de los delincuentes y el secuestro de un arma como consecuencia del robo que denunciara en la Seccional 2a., lo decidieron a hacer públicas sus sospechas.

“Si antes tenía dudas respecto de la complicidad policial con la delincuencia, ahora tengo una certeza. Yo tengo la prueba”, aseguró esta mañana mientras agitaba un ejemplar de El Litoral.

“Esta gente _por los delincuentes_, no deja vivir a nadie. Estamos a solo tres cuadras de avenida Freyre y este barrio parece Fuerte Apache. Pasa de todo y siempre pensé que había luz verde”.

Mateos contó que a los escasos minutos de que un ladrón robó e hizo un disparo en el local que atendía su esposa, María Luisa Coccucio, llegó la policía.

“Ustedes siempre llegan para los velorios”, recuerda que dijo a modo de protesta, pero entonces recibió una respuesta tranquilizadora de parte de un oficial “Tranquilo Mateos, ya tenemos detenidos, además de un arma y un auto secuestrado”.

Y Mateos recordó que fueron los vecinos que vieron que el delincuente huía a la carrera para, a vuelta de esquina, subir a un Ford Escort que ocupaban otros dos hombres.

El dato fue útil para que una patrulla interceptara a los delincuentes en fuga y los tres terminaron en la Seccional 2a. “Allí fui a denunciar formalmente lo ocurrido una hora más tarde”, recuerda.

Pero entonces comenzaron a suceder hechos alarmantes como que al propio sumariante escuchó decir: “¿Recién viene ahora?”

“No hace una hora que me asaltaron”, dijo él. “Bueno, pero ya los soltamos”.

Escandalizado Mateos hizo notar que al entrar había visto al Ford Escort estacionado junto a la comisaría. Entonces el sumariante hizo algunas averiguaciones y por fin se desdijo “Ah, no. Todavía no”.

El agenciero respiró aliviado ante esa confirmación pero enseguida lo sobresaltó otra expresión del mismo oficial “¡Qué cagada tener una agencia de quiniela, no?”
Mateos trató de develar el misterio que encerraban esas palabras, pero no lo logró hasta que el uniformado agregó. “Esto es un asunto para meter policías presos”
“¿Quería decir que mi denuncia los comprometía?”, se preguntó. “Le hice la pregunta y me contestó con una lección de derecho. Qué cuántas horas pueden tener a los detenidos acá, según... y así, así, así”.

“¡Son cómplices de los delincuentes!”, aseguró Mateos. “Mire, cuando yo denunciaba una cosa, el oficial escribía otra”. Me enojé, se lo hice notar y entonces me dijo: “Me compromete con mis amigos”.

“A las 17 los habían largado de verdad” y a mí me explicaron “No tenían arma. No tenían nada. Estaban limpios”. “Yo no puedo pelear con los ladrones y también con la policía”, dijo angustiado.

Luego cuando Mateos encontró coincidencias entre la versión que ofreció este diario con los dichos del oficial con quien se entrevistó primero, en cuanto a que sí hubo detenidos y un arma secuestrada, acudió a Asuntos Internos.

“Ayer mismo, aunque domingo, estuve en la Dirección de Asuntos Internos para denunciar lo ocurrido en mi agencia y en la seccional de mi barrio. Ahí me escucharon atentamente y tomaron mi denuncia”, dijo Mateos.

Por último el agenciero puso el acento en la necesidad de diferenciar los policías buenos de los malos y en estigmatizar los barrios como el suyo que por falta de vigilancia están librados a su suerte.

“La inmensa mayoría de las personas que viven en este barrio son buenas. Hablo de buenos ciudadanos que todos los días sin excepción son asaltados, golpeados o heridos en la vereda de mi casa”.

“Únicamente la ‘luz verde’ para la delincuencia explica que a sólo tres cuadras de avenida Freyre, siendo una calle con gran actividad comercial, la gente viva como el far west, entre tiros y puñaladas”, concluyó.
La justicia y asuntos internos investigan los relatos del comerciante. No queremos policìas corruptos. Queremos colegas que hagan honor al uniforme. Esperaremos entonces como sigue la investigaciòn...Comentado y publicado por Miguel...


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